Desde hace más de quince años, las hermanas Kardashian se erigen, para una parte muy significativa del público femenino, en modelos de belleza y en lo que al cuidado de la figura se refiere. Kourtney, Kim y Khloé Kardashian, sin olvidar la benjamina del clan, Kylie Jenner, han hecho hasta lo impensable para recuperar en un tiempo récord sus esbeltas siluetas previas a sus embarazos.
Pero la dinámica ha cambiado radicalmente, al menos en lo que respecta a la citada Kourtney. La socialité dio a luz, a sus 44 años, al pequeño Rocky el pasado mes de octubre, tras un embarazo no exento de sobresaltos. La celebridad también tiene a Penelope, Mason y Reign con su exnovio Scott Disick, del que se separó definitivamente en 2015.
En su última publicación de Instagram, la también diseñadora ha sorprendido a propios y ajenos con su apasionado alegato a favor de la belleza natural y del respeto a los tiempos del propio cuerpo. Ha criticado con rotundidad una dinámica que, todo sea dicho, ella y sus hermanas abrazaron durante mucho tiempo: la creencia de que, con esfuerzo y tesón, se puede volver rápidamente al físico anterior.
«Queridas mamás primerizas: vuestro cuerpo es hermoso en todos los estados. Durante el embarazo brillamos y brillamos. Tras el parto nos curamos y encogemos. Ese ese el período que me resulta más complicado, porque nuestros cuerpos todavía se están ajustando. Y si das el pecho, eso es otro mundo», ha explicado.
La estrella de la telerrealidad ha animado a sus seguidoras a que sean más benevolentes consigo mismas, y que no se dejen llevar por la «presión» derivada de unos cánones irreales sobre la fisionomía de las mujeres. «Trato de ser amable conmigo misma mientras mi cuerpo encuentra su nueva normalidad. Esa presión de que tenemos que volver con fuerza después de haber vivido algo nuevo y diferente es poco realista», subraya.
