Ucrania conmemora hoy sábado dos años del inicio de la invasión de Rusia, y se espera que mandatarios y funcionarios extranjeros visiten la capital, Kiev, como muestra de solidaridad, mientras las tropas tienen cada vez menos munición y armamento y la ayuda occidental pende de un hilo.
Un ambiente sombrío se cierne sobre el país mientras la guerra contra el Kremlin entra en su tercer año y las tropas de Kiev enfrentan desafíos cada vez mayores en el frente debido a la escasez de munición y los problemas de personal, y tras retirarse de una ciudad estratégica en el este que dio a Moscú una de sus mayores victorias.
El aniversario llega luego de que el presidente, cesó al principal comandante militar, Valerii Zaluzhnyi, y lo sustituyó por el coronel general Oleksandr Syrskyi, en la reorganización más importante en la jerarquía militar desde el inicio del conflicto.
Rusia sigue controlando alrededor de una cuarta parte del país luego de que Ucrania no logró cumplir las expectativas con su contraofensiva estival, que no logró grandes avances. Mientras, millones de ucranianos siguen viviendo en circunstancias precarias en el fuego cruzado de las batallas, y muchos otros enfrentan los constantes problemas de la ocupación rusa. La mayoría sigue esperando una liberación ucraniana que no llega.
Se espera que los funcionarios extranjeros acudan a la capital para reunirse con Zelenski y con otros altos cargos ucranianos y para expresar su apoyo continuado al país mientras lucha contra las fuerzas rusas y se prepara para ingresar en la Union Europea.
En el Congreso de Estados Unidos, los republicanos han paralizado un paquete de ayuda militar de 60 mil millones de dólares para Kiev, crucial en el corto plazo. La UE aprobó recientemente una iniciativa de 50 mil millones de euros (unos 54 mil millones de dólares), pese a la resistencia de Hungría, con la que se busca respaldar a la economía ucraniana.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, vinculó la pérdida del bastión defensivo de Avdiivka, en la región de Donetsk, tras meses de cruentas batallas con el estancamiento de la ayuda en Washington. Desde entonces ha aumentado el temor a que las tropas ucranianas puedan toparse con dificultados similares en otros puntos de los mil kilómetros del frente ante la creciente presión de los ataques rusos.