BANGKOK (AP) — Las autoridades chinas dijeron que investigaban las preocupaciones de salud alimentaria de aceite de cocina después de que un reporte de investigación de medios locales revelara que los camiones cisterna que llevan aceite de soja de una gran compañía estatal también se utilizaban para llevar un derivado de carbón.
La investigación de Beijing News, un medio con apoyo estatal conocido por sus artículos propios, determinó que entre los camioneros era un “secreto a voces” que las cisternas no se limpiaban entre traslados de aceite comestible y otros productos.
Algunos de los camiones seguidos llevaban productos de Sinograin, una gran corporación estatal, y de China Energy Investment Corporation, una de las empresas nacionales bajo supervisión directa del gobierno.
El Consejo Estatal chino dijo el martes que estaba formando un comité investigador con funcionarios de la Comisión de Seguridad Alimentaria, la Oficina de Seguridad Pública y otros ministerios. “Las empresas infractoras y las personas responsables relevantes recibirán duros castigos de acuerdo a la ley”, indicó el comunicado, según la televisora estatal CCTV.
El equipo de Beijing News siguió a un camión cisterna desde la región nororiental de Ningxia que llevaba una clase de hidrocarburo que se convierte en combustible líquido. Desde Ningxia, el camión viajó a Tianjin, en el norte, y después cargó aceite de soja de Sinograin sin detenerse a limpiar.
Los hidrocarburos contienen componentes que podrían producir intoxicación, dijo un experto citado en el reporte de Beijing News.
China Grain Reserves Group, el nombre oficial de Sinograin, dijo en un comunicado el sábado que estaba haciendo una auditoría tras las acusaciones en medios.
La investigación también siguió a otros camiones que salieron cargados de hidrocarburos de una planta de China Energy Investment Corporation, que después pasaron a llevar aceites comestibles de otras firmas tras descargar su mercancía inicial.
El artículo, publicado el pasado martes, ha despertado atención en todo el país porque implica a grandes empresas estatales.
En 2008, muchas familias empezaron a comprar leche de fórmula importada para bebés cuando se supo que la fórmula de una marca llamada Sanlu contenía melamina, un producto químico que causaba daño renal y otros efectos perjudiciales. Seis bebés murieron por consumir la fórmula contaminada.