Gwyneth Paltrow regresa a la pantalla grande junto a Timothée Chalamet en ‘Marty Supreme’

Gwyneth Paltrow protagonizará junto a Timothee Chalamet la cinta ‘Marty Supreme’, su primer papel cinematográfico en cinco años.

La actriz de 51 años aparecerá junto a la estrella de ‘Dune’, de 28, en la próxima película del director Josh Safdie, que se rumorea se inspira libremente en la historia de un jugador profesional de ping-pong.

La cinta -que es escrita por Safdie y Ronald Bronstein- es producida por A24 y marca la primera aparición de Paltrow en la gran pantalla desde ‘Avengers Endgame’, de 2019, en la que interpretó a la compañera de Tony Stark (Robert Downey Jr.), Pepper Potts.

Aunque disfrutó interpretando al personaje -que apareció en el Universo Cinematográfico Marvel (MCU) durante 11 años tras su introducción en ‘Iron Man’, de 2008- Paltrow admitió anteriormente que ya había terminado con la franquicia de superhéroes.

Así lo declaró a la revista Harper’s Bazaar: «Quiero decir, estoy un poco vieja para usar un traje … Me siento muy afortunada de haberlo hecho, porque me convencieron. Era amigo de Jon Favreau, el director de ‘Iron Man’. Fue una experiencia maravillosa hacer la primera película sobre ‘Iron Man’ y luego ver lo importante que se ha convertido para los fans».

A pesar de su larga y exitosa carrera, la ganadora del Óscar por ‘Shakespeare in Love’ -que ahora está centrada en su marca de estilo de vida, Goop- insistió en que sus días como actriz de Hollywood habían terminado.

Dijo: «Literalmente, nunca volveré a tener ganas de actuar. La actuación me consumía… Llegué a un punto en el que incluso las pequeñas cosas, como sentarme en la camioneta para ir al set, retocarme el maquillaje y todo lo demás, me incomodaba. No sé si podré soportarlo».

La actriz explicó que llegó a esta revelación en el rodaje de ‘Proof’, en 2005, cuando estaba embarazada de su hija Apple, de ahora 20 años, que tiene con su ex marido Chris Martin.

Recordó: «La última película que protagonicé estaba embarazada de mi hija. Era una película llamada ‘Proof’, una adaptación de una obra de teatro que hice en Londres, y me dije: ‘Estoy harta. No puedo seguir haciendo esto. Tenía náuseas matutinas y me estaba muriendo, y tenía esos monólogos de cinco páginas. Así que cuando la tuve, supe que me iba a tomar un buen tiempo libre. Y nunca he vuelto a protagonizar nada».