BOSTON (AP) — Ethel Kennedy, la esposa del senador Robert F. Kennedy, quien crio a sus 11 hijos después del asesinato de su esposo y permaneció dedicada a las causas sociales y al legado de la familia durante décadas, murió el jueves, informó su familia. Tenía 96 años.
Kennedy había sido hospitalizada luego de sufrir un derrame cerebral cuando dormía el 3 de octubre, de acuerdo con su familia.
“Es con el corazón lleno de amor que anunciamos el fallecimiento de nuestra increíble abuela”, publicó Joe Kennedy III en X. “Murió esta mañana por complicaciones relacionadas con un derrame cerebral que sufrió la semana pasada”.
“Junto con el trabajo de toda una vida en cuestiones de justicia social y derechos humanos, nuestra madre deja nueve hijos, 34 nietos y 24 tataranietos junto con numerosas sobrinas y sobrinos, todos los cuales la aman entrañablemente”, decía el comunicado de la familia.
La matriarca Kennedy, cuyos hijos fueron Kathleen, Joseph II, Robert Jr., David, Courtney, Michael, Kerry, Christopher, Max, Douglas y Rory, fue de los últimos miembros restantes de una generación que incluía al presidente John F. Kennedy. Su familia señaló que recientemente había disfrutado viendo a muchos de sus familiares, antes de enfermarse.
Hija de un millonario y que se casó con el futuro senador y secretario de Justicia en 1950, Ethel Kennedy había soportado más muertes trágicas a sus 40 años que la mayoría de las personas en toda su vida.
Ella se encontraba al lado de Robert F. Kennedy cuando éste fue asesinado de un disparo en la cocina del Hotel Ambassador de Los Ángeles el 5 de junio de 1968, justo después de ganar las primarias presidenciales demócratas en California. Su cuñado, el presidente John F. Kennedy, había sido asesinado en Dallas menos de cinco años antes.
Sus padres murieron en un accidente aéreo en 1955 y su hermano murió en un accidente en 1966. Su hijo David Kennedy murió más tarde de una sobredosis de drogas, su hijo Michael Kennedy en un accidente de esquí y su sobrino John F. Kennedy Jr. en un accidente aéreo. Otro sobrino, Michael Skakel, fue declarado culpable de asesinato en 2002, aunque un juez ordenó en 2013 un nuevo juicio y la Corte Suprema de Connecticut anuló su condena en 2018.
En 2019, volvió a estar de luto después que su nieta Saoirse Kennedy Hill muriera de una aparente sobredosis de drogas.
“Uno se pregunta cuánto debe esperarse que absorba esta familia”, dijo al Boston Herald el amigo de la familia Philip Johnson, fundador de la Fundación Robert F. Kennedy, tras la muerte de Michael Kennedy.