Destrucción de cruces fronterizos entre Líbano y Siria por ataques israelíes causa estragos

QUSAIR, Siria (AP) — Una corriente de refugiados que huían del Líbano hacia Siria cruzó a pie un estrecho puente improvisado el domingo en la zona de Qusair, en la provincia siria de Homs, después que un ataque israelí dos días antes dejara fuera de servicio el cruce fronterizo oficial.

Sólo quedan tres cruces en funcionamiento entre los países, que comparten una frontera de 375 kilómetros (233 millas) de largo.

A finales de septiembre, un ataque aéreo israelí impactó el cruce fronterizo de Matraba, en el noreste del Líbano, lo que obligó a cerrarlo. Unas semanas más tarde se registró un bombardeo contra Masnaa, el principal cruce entre los dos países, que lo dejó fuera de servicio. El cruce de Jousieh fue atacado el viernes.

El ejército israelí ha acusado al grupo político-paramilitar Hezbollah de utilizar los cruces para trasladar armas y equipo militar de Siria al Líbano. Pero funcionarios humanitarios afirman que el cierre de los cruces ha intensificado una crisis humanitaria ya grave al bloquear rutas cruciales para los suministros e impedir el acceso de quienes huyen a un lugar seguro.

“La situación es una tragedia”, lamentó Ghossoun Mubarak, que huyó con sus tres hijos de la ciudad de Baalbek, en el este del Líbano, al describir el bombardeo que la obligó a abandonar su hogar. Cruzaron el domingo por el improvisado puente peatonal.

La agencia de Naciones Unidas para los refugiados (ACNUR) reveló esta semana que alrededor de 430.000 personas habían cruzado desde el Líbano a Siria durante el último mes desde que Israel lanzó un fuerte bombardeo aéreo y cruzó por tierra al Líbano como parte de su ofensiva contra Hezbollah. Las autoridades libanesas ofrecen una estimación más alta: más de medio millón de personas.

Rula Amin, portavoz de ACNUR, expresó su preocupación por los daños causados a los cruces, calificándolos de “un importante salvavidas para las personas que escapan del conflicto”.

“Hoy fue mejor”, dijo Omar Abu Jabal, de 29 años, que regresaba al Líbano el domingo por el cruce de Jousieh tras un viaje de trabajo. “No hay problemas en el camino. Pero antes hubo bombardeos que impidieron que la gente se movilizara”.