El rey Carlos III mantiene intacto su optimismo de cara a su proceso de recuperación del cáncer que padece. De hecho, fuentes del palacio de Buckingham aseguran que el soberano está deseando retomar lo antes posible su agenda internacional, tras recibir resultados «positivos» en sus primeros meses de tratamiento contra la enfermedad.
Si todo va bien, es probable que el jefe del estado y su esposa, la reina Camila, no tengan que cancelar el viaje a Samoa que está programado para el próximo mes de octubre, relativo a la nueva cumbre de los países de la Commonwealth, esto es, de la Mancomunidad de Naciones que en su día formaron parte del imperio británico.
«El rey está deseando volver al trabajo», ha revelado un informante al diario The Sun, quien añade que Carlos III está «muy ilusionado» con los progresos médicos realizados hasta ahora. «Está lleno de energía», apunta la misma fuente acerca del posible viaje a Oceanía, en el que el monarca podría visitar también Australia y Nueva Zelanda.
En cualquier caso, la agenda de Carlos III no estará tan apretada como de costumbre, ya que el soberano necesita «tiempo para descansar» y evitar así que tantos compromisos tengan un efecto perjudicial en su estado. La última aparición pública del rey se produjo el pasado Domingo de Resurrección, cuando asistió a un servicio religioso con la reina en el castillo de Windsor.
Cuando se hizo pública la enfermedad del rey, el primer ministro de Australia, Anthony Albanese, expresó su esperanza en que la salud del monarca le permita realizar tan largo desplazamiento. «El rey ha mostrado su compasión por los australianos afectados por los recientes desastres naturales», declaraba sobre los incendios que asolaron parte de su país.
«Igualmente, los australianos han mostrado su compasión y apoyo al rey por su reciente diagnóstico de cáncer. El rey, la reina y los miembros de la familia real siempre serán bienvenidos en Australia. Mi gobierno sigue en conversaciones con los estados y territorios sobre una posible visita real», señalaba. Si finalmente se produce ese viaje, se tratará de la primera visita oficial de un monarca británico a Australia en 13 años.