A algunas estrellas de cine les cuesta trabajo dejar atrás el estilo de vida frugal que se vieron obligadas a llevar mientras trataban de abrirse camino en Hollywood, incluso después de conseguir su gran oportunidad, pero otras se apresuran a abrazar todos los excesos y los lujos que se ponen de pronto a su alcance.
Chris Pratt pertenece a este último grupo. El actor creció en un mundo donde no recibió ningún tipo de educación financiera, y al principio de su carrera el dinero desaparecía de su cuenta bancaria con la misma velocidad con la que entraba. El primer cheque que recibió por rodar una película para televisión le duró tan solo dos meses, a pesar de que era por una cantidad de 75.000 dólares.
¿En qué se lo gastó? El intérprete, que acabaría protagonizando las franquicias de Parque Jurásico y Guardianes de la Galaxia, se dedicó a viajar por el mundo y visitó Maui y Australia mientras se decía a sí mismo que eventualmente invertiría el resto de su pequeña fortuna en cuanto se cansara. O que se compraría un yate.
«Me llevó bastante tiempo pararme y decir: ‘Muy bien, tengo que espabilarme. Tengo que pensar: ‘¿Qué voy a hacer? ¿Cómo voy a llegar a un punto en el que, si dejo de trabajar un día, siga estando bien? Mi familia estará bien’. Por lo tanto, la elaboración de un plan de educación financiera, ya sabes, más tarde en mi vida fue uno de los pasos de mi crecimiento», ha confesado en el programa ‘Sway in the Morning’ de la emisora SiriusXM’.
Su decisión de educarse dio resultado y eventualmente le pudo comprar una casa a su madre con el dinero que ganó gracias a la serie ‘Everwood’.