El cantante de 43 años fue detenido a principios de la semana pasada por conducir supuestamente bajo los efectos del alcohol en los Hamptons, Nueva York, y salió en libertad al día siguiente. Este incidente no ha afectado a los planes para la gira ‘Forget Tomorrow World Tour’ que tiene programada por los Estados, como se rumorea que lamentó entre quejas cuando la policía le dio el alto y le pidió que se sometiera a unas pruebas estándar de alcoholemia.
Justin aseguró por medio de su abogado que tendría mucho que decir llegado el momento acerca de lo ocurrido, y entre medias se está dedicando a retomar su vida normal. En su primera publicación en las redes sociales desde el incidente del 17 de junio, el artista ha compartido un vídeo en el que revela los diseños especiales de camisetas, en color naranja y azul, que su equipo y él han realizado de cara a los dos conciertos consecutivos que ofrecerá en el Madison Square Garden.
El viernes volvió además a los escenarios para actuar en el United Center de Chicago, donde abordó por primera vez el incidente mientras se dirigía a sus fans para agradecerles el apoyo que le han mostrado a lo largo de los años y reconocer que su actual gira está siendo la más dura de toda su carrera.
«Sois una parte tan grande y hermosa de mi vida… y a veces no puedo encontrar las palabras para mostrar mi gratitud porque segáis aquí, conmigo, acompañándome una y otra vez», aseguró sin poder contener la emoción.
Este martes por la noche ha ofrecido el primero de sus conciertos en Nueva York, y allí se encontraba su esposa Jessica Biel para mostrarle públicamente su apoyo. La actriz no dio ninguna señal de enfado ni tensión mientras cantaba y bailaba al ritmo de la canción ‘Until the End of Time’, que parece que bien podría aplicarse a su relación con Justin.