Machine Gun Kelly desveló en febrero que se había tatuado con tinta negra una buena parte de su torno tras sufrir una crisis nerviosa, y este lunes ha querido compartir un detrás de las cámaras del largo proceso al que se sometió para cubrir sus hombros, pecho y la mayor de sus brazos.
«Hoy es el día en que empiezo el cambio físico de mi cuerpo. Vamos a ver en qué se convierte esto», explica al principio del vídeo, que muestra múltiples actualizaciones de su transformación física.
A las dos semanas, y tras siete sesiones, el resultado final comenzaba a tomar forma: la tinta negra ya tapaba casi todos los tatuajes que se había hecho en el pasado, aunque algunos de esos diseños todavía se ven a través de las líneas cruzadas que ha dejado sin tatuar. El trabajo ha sido tan meticuloso que hasta le tatuaron el interior del ombligo y las axilas.
Después de cada visita al estudio, el artista acaba recubierto de sangre y se metía en una cámara hiperbárica de oxígeno para acelerar la curación. De paso, Machine Gun Kelly ha aclarado que no utilizó ningún tipo de anestesia para mitigar el dolor, así que puede afirmar sin ningún tipo de duda que es la peor experiencia a la que se ha enfrentado nunca. Aunque no le ha quitado las ganas de seguir tatuándose.
«Así que… ¿qué más debo hacerme ahora?», ha preguntado a sus seguidores.