La estrella de la música, de 58 años, ha perdido la esperanza de encontrar el amor desde que su último romance se desmoronó hace más de una década. No lo dice para tratar de dar lástima o generar simpatía porque sabe que buena parte de la responsabilidad de que así sea es suya, y de nadie más.
Mody se describe como el típico residente de la ciudad de Los Ángeles, «egoísta, delirante y narcisista», y ha aceptado que su destino en esta vida no incluye mantener una relación ‘normal’ de pareja.
«El mundo de las relaciones, el matrimonio, la familia, los hijos… Es casi como si esa voz que tengo en la cabeza me diera una palmadita en la espalda para decirme: ‘Lo siento, esto no es para ti’. Lo acepto, es triste, pero también lo confirma mi experiencia. Y tiene sentido. Así que en 10 años no he tenido ninguna cita, ni siquiera he buscado una», ha explicado en una nueva entrevista a The Independent.
Lo más extraño, en su opinión, es lo rápido que se ha habituado al celibato y lo poco que echa de menos el sexo ni la intimidad a pesar de llevar tanto tiempo soltero.
«Es evidente que vivimos en un mundo en el que todo el mundo está obsesionado con todos los aspectos de las relaciones y la intimidad», ha opinado. «Y es muy extraño, cuando te apartas de todo eso. No por ninguna razón virtuosa, porque yo no formo parte de una orden monástica. Es más bien empirismo racional que me lleva a pensar, supongo, que ya no forma parte de mi vida».
Desde luego, se trata de un cambio importante. A finales de los 90 y principios del 2000, Moby formaba parte de ese grupo de artistas de la escena más alternativa que se relacionaban con algunas de las estrellas más comerciales y famosas del mundo.
La lista de sus supuestas ex incluye nombres como los de Lindsay Hicks, Lana Del Rey -antes de que fuera conocida por ese nombre-, Christina Riccie y Kelly Tisdale. Él músico también aseguró en su libro de memorias que había vivido un romance
con Natalie Portman cuando él tenía 33 años y ella 20. Sin embargo, la actriz le respondió asegurando que ella sólo recordaba a un hombre adulto y calvo que se comportaba de forma perturbadora con una adolescente de 18, que era la edad que tenía realmente por aquel entonces.