NUEVA YORK (AP) — Cuando a Anna Branch, de 37 años, le redujeron sus horas de trabajo en 2019, de pronto se percató de los anuncios de una aplicación llamada EarnIn.
“Ya sabes cómo te atrapan —los algoritmos—, como si estuvieran leyendo tu mente”, dijo Branch. “El anuncio decía que yo podría obtener hasta 100 dólares esta semana y devolverlos en mi próximo período de pago”.
Branch, quien trabajaba como asistente administrativa en Charleston, Carolina del Sur, descargó la aplicación, aceptó el dinero y agregó la “propina” sugerida. El efectivo la ayudó a cubrir gastos hasta el día en que le pagaron, cuando la aplicación le cargó los 100 dólares prestados, más 14 dólares de propina. Cinco años después, Branch dijo que todavía usa la aplicación cuando menos una vez al mes.
EarnIn es una de las más de una docena de empresas que brindan este servicio, denominado Earned Wage Access, o solución de acceso al salario ya devengado. Las aplicaciones otorgan préstamos pequeños a corto plazo a los trabajadores entre un pago de su salario y el siguiente para que puedan liquidar facturas y satisfacer sus necesidades diarias. El día de pago, el usuario devuelve el dinero con cargo a su salario. Entre 2018 y 2020, el volumen de transacciones se triplicó de 3.200 millones de dólares a 9.500 millones de dólares, según Datos Insights, que ofrece información y asesoramiento a empresas financieras y de tecnología de finanzas.
Si bien las aplicaciones de acceso al salario ya ganado existen desde hace más de una década, la pandemia de COVID-19 y sus consecuencias provocaron un aumento en su popularidad. Algunas aplicaciones tienen nombres humanos que suenan familiares —como Dave, Clio, Albert y Brigit—, mientras que otras apuntan a libertad financiera: Empower (Empoderar), FloatMe (Mantenme a Flote), FlexWage (Salario Flexible), Rain (Lluvia). El usuario típico gana menos de 50.000 dólares al año, según la Oficina de Rendición de Cuentas del Gobierno, y ha experimentado los apuros causados por dos años de alta inflación.