BRASILIA (AP) — La deforestación en la selva amazónica brasileña se redujo en casi a la mitad en comparación con el año anterior, según datos satelitales del gobierno brasileño publicados el miércoles. Es la mayor reducción desde 2016, cuando las autoridades comenzaron a utilizar el método actual de medición.
En los últimos 12 meses, la selva amazónica perdió 4.300 kilómetros cuadrados (1.700 millas cuadradas) de superficie. Esto supone un descenso de casi el 46% en comparación con el periodo anterior. La deforestación en Brasil se monitorea del 1 de agosto al 30 de julio.
Aun así, en el mes de julio se reportó un aumento del 33% en la tala de árboles con respecto a julio de 2023. Una huelga de funcionarios de las instancias gubernamentales medioambientales contribuyó a este aumento, indicó João Paulo Capobianco, secretario de Medio Ambiente, durante una conferencia de prensa en Brasilia.
Las cifras son preliminares y proceden del sistema satelital Deter, gestionado por el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales de Brasil y utilizado por las instancias gubernamentales encargadas de velar por el cumplimiento de la legislación medioambiental para detectar la deforestación en tiempo real. Los cálculos de deforestación más precisos suelen publicarse en noviembre.
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva prometió “deforestación cero” para 2030. Su actual mandato termina en enero de 2027. La deforestación amazónica ha disminuido considerablemente desde que terminó el mandato del presidente derechista Jair Bolsonaro, en 2022. Bajo su gobierno, se registró el nivel de deforestación más alto en 15 años.
Alrededor de dos tercios de la Amazonia se encuentran en Brasil. Sigue siendo la mayor selva tropical del mundo, con una superficie dos veces mayor que la de India. La Amazonia absorbe grandes cantidades de dióxido de carbono, lo que impide que el clima se caliente aún más rápido de lo que lo haría de otro modo. También alberga cerca del 20% del agua dulce del planeta y una biodiversidad que los científicos aún no están cerca de comprender, incluidas al menos 16.000 especies de árboles.
Al mismo tiempo, la deforestación en la vasta sabana de Brasil, conocida como El Cerrado, aumentó un 9%. La pérdida de vegetación autóctona alcanzó los 7.015 kilómetros cuadrados (2.708 millas cuadradas), un área 63% mayor que la destrucción en el Amazonas.