RAFAH, Franja de Gaza (AP) — Los palestinos que huyeron durante una redada israelí en el principal hospital de la Franja de Gaza y sus alrededores describieron en entrevistas el domingo días de intensos combates, arrestos indiscriminados, marchas forzadas entre cadáveres y edificios destruidos.
El ejército israelí indicó que ha matado a más de 170 milicianos y detenido a unos 480 sospechosos en el asalto al hospital de Shifa que comenzó el pasado lunes, lo que describió como un fuerte golpe a Hamás y otros grupos armados que, afirmó, se habían reagrupado en el recinto médico.
Pero los intensos combates también han recalcado la resiliencia de los grupos armados palestinos en una zona aislada y muy destruida de Gaza, a la que las tropas israelíes se han visto obligadas a regresar tras un asalto similar ocurrido durante las primeras semanas de la guerra.
Kareem Ayman Hathat, que vivía con sus padres y dos hermanos en un edificio de cinco plantas a unos 100 metros (yardas) del hospital, dijo que se habían refugiado en la cocina durante días mientras se oían disparos y explosiones fuera, que en ocasiones hacían temblar todo el edificio.
El sábado por la mañana, tropas israelíes asaltaron el edificio y les obligaron a ellos y a docenas de otros residentes a marcharse. Dijo que los hombres fueron obligados a quedarse en ropa interior y cuatro fueron detenidos. A los demás les vendaron los ojos y les obligaron a seguir a un tanque hacia el sur, entre el estruendo de nuevas detonaciones.
“De vez en cuando, el tanque lanzaba un proyectil”, dijo a The Associated Press en una entrevista desde otro hospital en el centro de Gaza, donde había buscado cobijo. “Era para aterrorizarnos”.
El jefe del comando sur israelí, el mayor general Yaron Finkelman, subrayó que el asalto a Shifa había sido una “operación audaz, difícil y la operación más impresionante por ahora”, con “cientos” de milicianos detenidos y la obtención de información valiosa.
“Terminaremos esta operación sólo cuando el último terrorista esté en nuestras manos, vivo o muerto”, añadió en un comunicado publicado el sábado por el ejército.
El domingo, aviones israelíes lanzaron varios ataques cerca del hospital.
El hospital de Shifa prácticamente había dejado de funcionar tras la redada de noviembre. Después de afirmar que Hamás mantenía un sofisticado centro de mando dentro y debajo del hospital, las fuerzas israelíes sólo revelaron imágenes de un único túnel que llevaba a unas pocas salas subterráneas. También dijeron haber encontrado armas en partes del hospital.
Ciudad de Gaza, donde se encuentra Shifa, sufrió una destrucción masiva en los primeros días de la ofensiva israelí, iniciada tras el ataque de Hamás del 7 de octubre que desencadenó la guerra. Las fuerzas israelíes han aislado la ciudad y el resto del norte de Gaza desde noviembre, y prácticamente no se ha entregado ninguna ayuda en las últimas semanas. Varios expertos dijeron la semana pasada que la hambruna es inminente en el norte de Gaza, donde unas 210.000 personas sufren un hambre catastrófica.
Un día después de pararse cerca de algunos de los aproximadamente 7.000 camiones de ayuda que esperaban para ingresar a Gaza y calificar la hambruna como un “ultraje moral”, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, en Egipto pidió un alto el fuego humanitario inmediato junto con la liberación de los rehenes retenidos en Gaza.
“Al mirar a Gaza, casi parece que los cuatro jinetes de la guerra, el hambre, la conquista y la muerte galopan a través de ella”, dijo.
El Ministerio de Salud de Gaza informó que cinco palestinos heridos atrapados en el hospital Shifa habían muerto sin comida, agua ni servicios médicos. El director general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, describió las condiciones como “completamente inhumanas”.
Jameel al-Ayoubi, que estaba entre las miles de personas que se cobijaban en Shifa cuando comenzó el ataque el pasado lunes, dijo en una entrevista telefónica que tanques y topadoras habían irrumpido en el patio del complejo médico, aplastando ambulancias y vehículos civiles. Dijo que había visto los tanques pasar sobre los cuerpos de al menos cuatro personas que habían muerto al inicio del asalto.
El ejército dijo el sábado que había evacuado a pacientes y personal médico del departamento de urgencias de Shifa porque los milicianos se habían “atrincherado” en el edificio. El ejército dijo haber habilitado un lugar alternativo donde recibían atención los pacientes graves.
Abdel Radwan, que vivía a unos 200 metros (yardas) del hospital, dijo que las fuerzas israelíes habían asaltado todos los edificios de la zona, detenido a varias personas y obligado a los demás a marchar hacia el sur. Mientras caminaba al sur con otras personas, vio cadáveres en las calles y varias casas destruidas.
“No dejaron nada intacto”, dijo en una entrevista desde la casa de un familiar en el centro de Gaza.
El ejército de Israel también irrumpió el domingo temprano en los hospitales de Al Amal y Nasser en la ciudad sureña de Jan Yunis en medio de “bombardeos muy intensos”, indicó la Sociedad de la Media Luna Roja Palestina en un comunicado. El ejército israelí anunció operaciones en Jan Yunis dirigidas a la infraestructura de Hamás, afirmando que “eliminó a los terroristas a corta distancia utilizando fuego de tanques”.
Al menos 32.226 palestinos han muerto en la guerra entre Israel y Hamás, que ya está en su sexto mes, según el Ministerio de Salud de Gaza. El ministerio no distingue entre civiles y combatientes en su conteo, pero dice que las mujeres y los niños suponen unos dos tercios del total.
Israel dice haber matado a unos 13.000 milicianos, sin presentar pruebas. Culpa a Hamás de las víctimas civiles y acusa al grupo de utilizar escuelas, hospitales y zonas residenciales para ocultar a sus combatientes.
Más del 80% de los 2,3 millones de habitantes han huido de sus hogares y la mayoría se cobijan en la ciudad más meridional, Rafah, que según Israel será el próximo objetivo de su ofensiva terrestre.
El primer ministro israelí Benjamín Netanyahu ha rechazado los llamados de Estados Unidos y otros para evitar lanzar una operación terrestre importante allí, calificándola de esencial para derrotar a Hamás.
El ataque liderado por Hamas el 7 de octubre en el sur de Israel mató a unas 1.200 personas, en su mayoría civiles, y tomó a decenas de personas como rehenes. Hamás aún mantiene cautivos a unos 100 rehenes y los restos de otras 30 personas. La mayoría de los rehenes fue devuelta a cambio de la liberación de prisioneros palestinos en noviembre.
Estados Unidos, Qatar y Egipto intentan negociar otro alto el fuego y la liberación de los rehenes.
El domingo, al otro lado de la frontera con Gaza, los judíos celebraron su festividad más alegre, Purim, la historia bíblica de cómo un complot para exterminar judíos en Persia fue frustrado como una afirmación de la supervivencia judía.
La guerra ha avivado la inestabilidad en toda la región, incluyendo un conflicto de baja intensidad entre Israel y el grupo militante libanés Hezbollah. Un ataque aéreo israelí alcanzó un automóvil en la ciudad libanesa de Soueiri el domingo y mató a un trabajador sirio de la construcción, según medios estatales del Líbano.
El ejército israelí informó que durante la noche atacó un fábrica de armas de Hezbollah en la ciudad de Baalbek, en el noreste del Líbano. Autoridades locales señalaron que tres personas resultaron heridas. Hezbollah anunció más tarde que en respuesta disparó 60 misiles a través de la frontera. No hubo reportes de víctimas del lado israelí.