Los normalistas exigieron una reunión directa con el Presidente, debido a la escasez de resultados en cuanto a la investigación de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, que fueron desaparecidos el 26 de febrero del 2014 en Iguala, Guerrero, y que al día de hoy sigue siendo uno de los casos sin resolver en México.
La manifestación se intensificó al grado en que los normalistas, haciendo uso de una camioneta, derribaron una de las puertas de Palacio Nacional, sobre la calle de Moneda, lo que provocó que fueran repelidos por gases lacrimógenos lanzados por los militares que custodian el recinto, que a su vez formaron una barricada para evitar el acceso de los normalistas. Los estudiantes se replegaron en el Zócalo.
Cuando se le cuestionó sobre los hechos que acontecían justo a las afueras del Palacio, López Obrador aseguró que a los estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa «los va a atender el subsecretario de Gobernación -Arturo Medina-«.
López Obrador indicó, no obstante, que no sería él quien recibiera a los normalistas, y que ya se está realizando la investigación pertinente. «Se va a arreglar la puerta (…) lo que quieren es provocar», dijo, y además aseguró que su seguridad no se ve comprometida, ni tampoco la de Palacio Nacional.
«Estoy seguro en cualquier parte del país, a mí me cuida el pueblo«, dijo López Obrador.